viernes, 27 de noviembre de 2009

PELICULA DE MARATON ALPINO JARAPALOS.

Hola a todos.

Como viene ya siendo costumbre, nuestro querido amigo Fali "el coleta", realizo unas grabaciones en la maraton de Jarapalos, con las cuales ha producido una pelicula, que para el que estuvo le servirá para recordar el trazado y la gente y para los que faltaron, un buen documento con el que ver la dureza de la prueba.

http://www.megaupload.com/?d=97HVWE17

Los pasos para la descarga son muy sencillos y tarda relativamente poco. Solo est´rá colgada la pelicula un mes, por exigencias de la pagina.

Saludos y nos vemos en la XXV Media de Córdoba.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Casi ultima carrera x montaña en Andalucia

Bueno señores que para las personas que tengan ganas de correr otra prueba x montaña,
aqui les adjunto el enlace de una prueba con muy buena pinta (años venideros). Yo adelnto que despues de la media de Cordoba estoy a la entera disposición de nuestros socios para realizar otro tipo de actividades.
Ya hablaremos y propondre desde esta página alunas ideas que me rondan.
http://www.todofondo.es/carreralaujar/default.asp?IdMenu=95&Tipo=página%20general

LINA QUESADA : UNA ANDALUZA EN EL EVEREST.

Hola a todos.
El pasado sábado 21 de Noviembre, asistimos a la charla que dio Lina Quesada (la única Andaluza que ha subido a la cima del Everest) en la tienda Alua ( de Córdoba), en la que también se proyecto un video con imágenes de la expedición. Lina, una mujer guapa, simpática, delgada y de apariencia frágil con larga experiencia en el alpinismo entre ellas varias ascensiones a ochomiles y de carácter afable y muy cercana, fue nuestra comentarista de excepción de unas imágenes que ella misma grabo, en algunos casos con dificultad dadas las circunstancias, en el periplo que le llevo hasta aquellas latitudes.


Este mismo día, también se inauguraba una nueva sección dentro de la tienda dedicada exclusivamente a chicas, donde podrán encontrar todo lo que necesitan para la montaña, senderismo, escalada, etc.

Nos reunimos para mi sorpresa poca gente, aunque eso es algo típico de Córdoba, la apatía para casi todo. Yo desde luego no dude ni un segundo y me alegré mucho de ir.




Tras un rato esperando que llegara la hora , se procedió a la proyección del montaje que habían realizado la gente de Alua. Las imágenes no eran de una calidad sobresaliente, pero a mi en particular me gustó mas así, le añadió una nota retro con realismo y cercanía. El viaje empieza en Katmandú, capital de Nepal, para en cortos trazos de imágenes transportarnos hasta la realidad que allí se vive. Mas tarde el vuelo de acercamiento a la montaña y las subidas hasta campos base, también se intercalan ráfagas de la gente que la acompañaba y gente con la que se encontró por el camino hasta la cima. Sin duda el momento álgido la subida final, donde se podía ver en la cara de Lina, la emoción contenida del que ha estado allí, para que ahora podamos los terrestres ver este preciado documento.




Luego hubo un turno de preguntas, gentilmente respondidas, que fueron el preámbulo a un ágape con el que fuimos obsequiados los asistentes. Los vinos y el cava (todos ecológicos), estaban de cine y los sólidos también se dejaron querer.


Siempre son loables iniciativas como estas que nos acercan a personas excepcionales y entusiastas que generosamente nos transmiten sus vivencias.



Los que no pudisteis asistir, podéis disfrutar del video en este enlace........pero eso si nunca tendréis tan excepcional comentarista.

Desde aquí un besazo para Lina , animo y suerte con tus proyectos.







Lina con Chus y Paco.

Lina conmigo.















Paco nos dio gloria a los presentes.

viernes, 20 de noviembre de 2009

MARATON ALPINO DE JARAPALOS

Hola a todos.

Este pasado Sábado día 14 de Noviembre se disputó el III Maratón Alpino de Jarapalos (Alhaurin de la Torre), la ultima carrera valedera para la copa Hi- Tech de la FEDAMON y también la ultima prueba para el Circuito Alpino, este ultimo a nivel nacional e internacional, lo que engroso de calidad el listado de inscritos.


El viernes en el estadio municipal de fútbol, era la recogida de dorsales y conferencias varias. Estas conferencias muy interesantes abarcaron desde el entorno natural, charla técnica de la prueba, entrenamiento de carreras por montaña y por ultimo fisioterapia en carreras de montaña, todas muy interesantes e impartidas por profesionales de la materia que las hicieron muy amenas y cercanas.

Durante la charla técnica, se hizo entrega de un “botijo” al Club mas divertido del año lo recibieron “ Los croquetas “ y uno para el deportista mas destacado del año que fue Francisco Contreras , que ha sus 70 años de edad no solo se atreve con pruebas como estas, si no también con ultramaratones como el Mont- Blanc.

Tras las conferencias no tuvimos más remedio que hidratar el cuerpo con unas medianas y unos montaditos de lomo de aupa, en una tasca del lugar, con nuestro anfitrión Diego Bonilla, Concha, Benito y Gema.

A la mañana siguiente despertador a las 5:30 a.m. ya que la carretera sería cortada temprano, sin saber muy bien el camino seguimos la hilada de coches que a esas horas no se dirigían sino al mismo lugar que nosotros , “ Llanos de Peñaprieta”, donde estaba instalada la salida/llegada así como todas las carpas de la organización. Aún con la cantidad de coches y gente que llegaba sumado a la dificultad del acceso, la organización manejo el asunto con soltura y experiencia evitando atascos en todo momento.

La mañana era fresca pero no en demasía y el cielo apareció parcialmente nublado, lo cual es una alegría al mitigar un poco el castigo de los rallos de sol.

El foto falta Fernando Serrano que llego algo más tarde.



Las características de la prueba fueron:

Salida/Meta: Llanos de Peñaprieta.

Altura máxima: 1.150 metros, Pico Mijas (“La Bola”).

Altura mínima: 296 metros, Llanos de Peñaprieta.

Desnivel acumulado: 4800 m.

Distancia: aproximadamente 41 km.

Dificultad: Coeficiente de dificultad FEDME 99

Porcentaje de superficie técnica: 55% aprox.

Límite de participantes: 350

Avituallamientos: 10 más el de Meta.

Climatología: Típico de Media montaña.

El desayuno abundante y de calidad (para el que tuviera cuerpo) , fue dando paso al control de dorsales sobre las 7:45 , la salida con puntualidad a las 8, dio rienda suelta por fin a los casi 350 atletas venidos de España y Portugal mayormente. Los primeros kilómetros fueron unos divertidos sube baja que servirían para estirar el grupo y poner a cada uno más o menos en su sitio de cara a la primera subida, tal vez la más dura, en la que se me pusieron los gemelos como sendas piedras, al punto que pensé ¡¡la he cagado!!, pero no había otro camino que subir y todos irán igual, me dije consolándome. Por fin las rampas se fueron suavizando y llegamos a la Fuente de la Mezquita (ya por pista cómoda), donde se encontraba el primero de los avituallamientos, dos vasos de agua y... a correr que queda mucho.

Seguimos por pista que pica hacía arriba hasta el cruce “Puerto Málaga” en este punto ya había recuperado algunas posiciones y los gemelos se descongestionaron del primer apretón, también aquí hay avituallamiento y hago lo propio, beber y tirar. Dejamos la pista y un sendero duro pero corto nos lleva hasta lo que será la primera bajada de casi tres kilómetros y terreno técnico con piedra suelta y arena. También aquí acuso algo de cansancio en los cuadriceps, pero voy con el cuchillo en la boca adelantando a gente. Ya abajo y tras unos sube-baja por senderos de arbusto bajo llegamos hasta el tercer avituallamiento, donde viendo lo que viene ( larga subida y dura) decido beber, tomar algún fruto seco y llenar el bidón que llevo en la cintura. En este punto la climatología todavía nos respeta regalándonos una temperatura suave/fresca y nubes que filtran los castigos del “Lorenzo”.

De nuevo sube baja cómodo, corrible por tramos y de paisaje espectacular, hasta que empezamos la subida que tampoco se hace especialmente dura al ir ascendiendo en zigs-zags, pero aun así el motor va a tope y la presión del aceite en la línea roja. Las subida alterna tramos duros con otros en los que el sendero se suaviza y permite trotar. Paso a paso vamos desgranándole metros a la subida que nos llevara al punto más alto de la prueba “Pico Mijas”, comúnmente llamado “la Bola”, por el radar instalado en el lugar. Las vistas a medida que subimos se vuelven cada vez mas espectaculares. A media subida me encuentro con el 4º puesto de vituallas (kilómetro 19,6 ), donde me encuentro como voluntario a uno de mis ídolos y referente en carreras de todo tipo no hablo si no de Mark Steve Wooley, que viene victorioso de correr la “Sparthalon” (nada más que 260 km. en con un límite de 36 horas), le hago la “ola” y charlo con el, ante mi sorpresa me ofrece cerveza y por no hacerle el feo.... y por que me gusta me tomo el vaso que tenían mas lleno, está caliente, pero me sabe a gloria y me da alas, por unos kilómetros, en los que recupero hasta tres posiciones en subida......bueno uno de ellos estaba cagando, pero también cuenta, hay que venir con las tareas hechas.

Cuando llego a cima veo “la bola” y me vuelvo para por unos instantes disfrutar de las vistas(quien sabe cuando volveré a pasar por aquí). La bajada que vino a continuación, también divertida, me separo de los que adelanté en la subida y me acerco hasta los siguientes, en este punto voy en el puesto 32 de la general y eso me anima. A media bajada nos encontramos con el 5º avituallamiento ( kilómetro 25,8) donde me encuentro a mi mujer que llegaba con la marcha senderista , me paro le doy un par de besos y de reojo veo que me adelantan dos, que machaco de nuevo en la bajada, para no volver a verlos. La bajada sigue muy divertida, pero hay que andarse con ojo, cualquier tropezón y estás jodido, el siguiente avituallamiento me lo salto.

De nuevo empezamos a subir y a lo lejos veo a ratos una pieza a la que le tengo ganas, el mismo atleta con el que estuve en disputa en Viento Sur, que me paso en el kilómetro 10 y no lo había vuelto a ver. Una de dos o yo voy bien o el va mal, mas tarde constataré que es una mezcla de ambas teorías. La subida se hace dura y constante, en algún paso más expuesto hay habilitadas cadenas, para agarrarse. Poco a poco me voy acercando a mis objetivos y sin darme cuenta también yo he sido alcanzado por otro atleta que me pasa a escasos cinco metros del final de la subida, de nuevo en el “Puerto de la Encina” bebo abundantemente y me tomo un gel esperando que me de fuerza para afrontar los casi once kilómetros de bajada continuada hasta meta.

Ya bajando formamos un grupo de cuatro, el que me había pasado justo antes y otros dos ( entre ellos mi objetivo), marchamos unos paso juntos y decido cambiar el ritmo acelerando, a mi la bajada se me da, voy semi-fresco y tengo ganas de adelantar puestos, poco a poco me distancio hasta perderlos de vista, ya no los veré hasta llegar en la línea de meta. La bajada constante por pista se hace cómoda pero ya van notándose los kilómetros y el cansancio acumulado, entretengo mi cabeza con pensamientos positivos que me evadan de la realidad. Dejamos la pista para por otro sendero técnico, bajar otro kilómetro hasta de nuevo la pista. Ya por el sendero no me he dado cuenta y estoy en el punto de mira de un perseguidor, al que no había visto antes al poco después me adelantaría, levantándome las pegatinas.

Los dos últimos kilómetros son en terreno casi llano con alguna minúscula subida que hago andando, con la seguridad de que ya nadie me va a pasar, minutos después estoy pasando bajo el ansiado arco de meta, con un tiempo de 4:29:04.

Tras la llegada muy buen ambiente y atención en todo momento contando incluso con carpa para repaso de fisioterapeutas, los cuales tienen el cielo ganado, uno a uno van aliviando en la medida de los posible las sobrecargas de los atletas. La comida muy abundante y de calidad y con muchísima bebida disponible para todo el personal, que nos encargamos de acabar con los barriles de cerveza que pusieron por delante. También destacar la generosa bolsa del corredor con camiseta de algodón conmemorativa, toalla técnica conmemorativa, Buff conmemorativo, un peluche , un salchichón, bote de aceitunas, molletes, batido Puleva y mas cosillas. A la llegada a meta cortavientos técnico conmemorativo....en fin lo dicho abundancia y calidad.

Con nuestros amigo Fali y Rocio, que está hecha toda una CAMPEONA.


En modo general: una carrera más larga que dura, perfectamente balizada, con una organización impecable, un apoyo de Protección Civil, Policía Municipal, Guardia Civil y Cruz Roja más que sobresaliente, que hicieron posible que la prueba fuera de nuevo un rotundo éxito.

El equipo Alua-Mont Blanc ha realizado en esta la última prueba de la Copa un papel muy bueno ocupando las posiciones 25,38, 50 y 168 de la general absoluta.


                                Orden llegada                          Tiempo empleado

Rafa Argote                     25º                                       4:29:05.

Curro Pérez                     38º                                        4:42:24.

Fernando Serrano            50º                                        4:49:21.

Rafa Alvarez                  168º                                        5:59:06

En cuanto al Club Córduba Trail la temporada ha terminado de manera brillante con dos atletas entre los diez primeros de la categoría Senior de Andalucía , 9º y 10º respectivamente.

 Aqui con Antonio un amigo de Peñarrolla, futuro componente del Club.



















Aquí con Fali y con Alberto (de Córdoba).


Desde aquí agradecer a nuestros patrocinadores especialmente a la tienda ALUA (especializada en material montaña/campo y empresa de turismo activo) y al Patronato Municipal de Deportes, Cordoba 2016, Fundación Prasa, InfiSport y Top-Health por el apoyo que nos han brindado a lo largo de todo este año y sin los cuales no habríamos consumado nuestros objetivos.

Gracias....y nos vemos en la Sierra!!!.


P.D. A por cierto, por si no tuvimos bastante Curro y yo nos entretuvimos el Domingo en subir andando al pico de la Concha (montaña de Marbella) y bajar corriendo en menos de tres horas, para soltar piernas.......... piernas que hoy no me siento.



En el pico de la Concha..............abajo Marbella..
En breve el video de la bajada..............


lunes, 16 de noviembre de 2009

CRONICA DE LA CCC. ULTRA TRAIL DU MONT BLANC. CHAMONIX 2.009

Toda mi aventura del Ultra Trail del Mont Blanc comenzó hace dos años cuando mi amigo Rafa me dijo que se había inscrito para la Transgrancanaria y que si me iba con el. Yo nunca había escuchado hablar de estas carreras y cuando me lo dijo creía que estaba loco, correr más de 100 km, esos era imposible. En un principio la idea no me pareció mal pero que le acompañaba en bici de montaña, ingenuo de mí, ir en bici por esos sitios. Cuando me di cuenta de la estupidez de la bici, Rafa ya había hecho el trabajo psicológico de que se podía hacer a tan solo un mes y medio de la prueba. Sufrí de lo lindo pero la acabé y desde entonces me picó el gusanillo de estas carreras.

Poco después me enteré que el psicólogo además de psicólogo era también un diablillo que había fraguado su plan; conseguir puntos para el Ultra Trail Du Mont Blanc. Visto lo visto creo que puedo decir que es una de las carreras de montaña más emblemáticas de Europa y no sé del mundo, pero seguro que no se queda corta con ninguna otra, tanto por organización, por asistencia de corredores (mas de 50 nacionalidades), nivel exigido, número de abandonos, paisaje, cifras que mueve y no me refiero a dinero. Muchos la considerarán la carrera de montaña mas dura de Europa, otros tantos consideran que hay otras carreras igual, e incluso, mas duras, pero lo cierto es que fácil no es y allí no hay cojos. Así lo dicen las estadísticas: comienzan por lo general 2500 personas y terminan menos de la mitad e incluso un año casi un tercio y en la CCC abandonan un tercio de los participantes

No cualquiera puede ir a suicidarse. La organización exige que se hayan hecho, un año antes, por lo menos dos carreras de mas de 70 km como mínimo cada una y con un desnivel considerable, pero ojo, no cualquier carrera. Hay una lista, bastante extensa, de carreras en el mundo en las cuales se les asigna desde 1 hasta 4 puntos. Para ir al UTMB hay que acumular 4 puntos y siempre un año antes y para ir a su hermana pequeña la CCC 2 puntos. Una vez que has hecho la solicitud y has demostrado que tienes la puntuación necesaria, entrarás en un sorteo de las plazas, es decir, también interviene la suerte en el asunto. Como si no fuera suficiente, debes cumplir con algunas solicitudes burocráticas, te piden un certificado medico, firmado y sellado y que debes enviar antes de finales del mes de mayo en papel, nada de e-mail.

En cuanto a la organización fenomenal, seria, eficiente, profesional, aunque estricta en algunos aspectos; si llegas 45 segundos tarde a un control de paso o los médicos de la organización no consideran que estás en condiciones de continuar eres directamente descalificado, con el consiguiente cabreo del eliminado. Tenemos que recordar que esas normas las hemos aceptado antes de la carrera.

Como datos decir que la CCC tiene 98 kms y más de 11.000 metros de desnivel acumulado con un tiempo máximo para completar el recorrido de 26 horas y la UTMB son 166 kms con un desnivel positivo de 9.400 metros y otros tantos negativos con un tiempo límite de 46 horas. ¿Que significa esto, para los que no lo saben?, fácil, imagínate que existe una escalera, derechita hacia arriba. Ahora imagina subir un kilómetro por esa escalera, ahora imagina subir más de 9 kilómetros por esa escalera e igualmente bajarlos, no parece nada fácil, si tienes en cuenta que un edificio mide unos 30 metros de alto y hay 12 pisos. Es el ejemplo práctico mas sencillo, ahora imagina cubrir ese desnivel por senderos y caminos de alta montaña, charcos, agua fría por los pies, quebradas, ríos, bosques, quizás mucha lluvia de día o noche, bastante sol seguramente y súmale el frío, el cansancio acumulado, la noche. Si quieres más le pones unos tiempos de paso bastantes duros, que no invitan a distraerte para hacer fotografías por el camino y todo esto teniendo que llevar un material mínimo exigido que consta de: mochila con una reserva de agua de mínimo 1 litro, un envase de 15 cl para usar en cada zona de abastecimiento, una manta térmica de supervivencia, dos frontales o lámparas con sus respectivas pilas de recambio, un pito, una gorra o bandana, una banda elástica adhesiva para vendas, pantalones que cubra mínimo por debajo de la rodilla, una chaqueta impermeable para el mal tiempo, la respectiva reserva alimenticia y hasta el pasaporte o D.N.I. Además de lo anterior, es fuertemente recomendable según la organización: un teléfono que pueda usarse en los tres paises, guantes, ropas calientes para el clima frío y por lo menos 20 eurillos. Y finalmente, la organización no se molestaría contigo si llevaras un par de bastones telescópicos, brújula, cuchillo, cuerdas, crema solar, vaselina, mas ropa de recambio, siempre y cuando cargues todo tu equipaje, tu solito, de principio a fin. Por supuesto que en el transcurso de la carrera nadie te puede ayudar, dar agua o alimentos, porque sino serás duramente penalizado.

Hablar del “Ultratrail del Mont-Blanc”, no es dialogar sobre una prueba normal, siquiera de una carrera dura, sino más bien de uno de los retos deportivo más impresionante, brutal y salvaje que puede afrontar en Europa un deportista amante de los trails.

Con respecto a Chamonix, un pueblo precioso, de ensueño, metido dentro de esas montañas. Pasear por esas calles es algo espectacular y disfrutar del previo a la carrera es algo inigualable, un ambientazo difícil de olvidar. La recogida de dorsales es algo extraordinario. Del paisaje ¡qué se puede decir!, todo se queda pequeño. Se respira montaña.





No penséis que el terreno por el que se corre es técnicos, tipo Carros de Fuego, ¡qué va! Prácticamente el 100% del recorrido es a base de senderos de alta montaña que atraviesan bosques alpinos, unos prados en la parte Suiza que para los que tenemos niños pequeños, será imposible no acordarse de ellos y tener una envidia sana deseándolos para nosotros, puertos y fríos páramos en donde la magnitud de las montañas te dejan con la boca abierta, un

recorrido, donde a excepción de tramos con muchísimas raíces, subidas a base de escalones, otras a base de rocas en los que tendrás que prácticamente gatear, zonas de rocas mojadas y barro dependiendo de la climatología que tengas a la hora de pasar y en la que la tracción de las zapatas ya no será tan perfecta. El UTMB es una prueba grandiosa, sobrecogedora, pero también se podría definir como algo salvaje y brutal. El que piense que será capaz de correr durante toda la carrera se engaña asimismo. El recorrido está preñado, no de subidas y bajadas, no, sino de cuestones con unos desniveles brutales e inhumanos en los que se emplea horas en culminarlas y, sin transición alguna, bajadas interminables, violentas y crueles durante las cuales no puedes dar crédito a que exista semejante terreno y en las que las rodillas y los cuadriceps a duras penas aguantan. Es en esos momentos, precisamente en esas sobrecogedoras subidas o bajadas cuando te preguntas el porqué de tu participación y si serás uno de los que termine.

Nosotros llegamos el martes por la tarde a Chamonix, Rafa, que haría la UTMB, con su mujer, Currito, que hizo la CCC conmigo, Rafa y Rosi, unos amigos nuestros que nos estuvieron siguiendo durante toda la carrera, y el menda con mi mujer Mercedes. Decir que el pobre Rafa, que también le gustan las carreras y no tenía puntuación para poder correrla ( porque no le dio la gana), tenía los dientes durante toda la semana que le llegaban al suelo; estoy seguro que todavía están los rayones por las calles de Chamonix. Pues lo dicho después de una vuelta por el pueblo, flipante, una cena y a ver la salida de la Petite Trotte Á Léon, 245 km y 22.000 metros de desnivel positivo, si positivo, como si estás en la playa y subes mas de dos veces al Everest y los bajas y todo ello para hacer en 114 horas. Salen 60 equipos de tres personas, pero además a estos no se les baliza la carrera, van con GPS, y no tiene avituallamientos, tienen que llevar toda su comida, bebida, ropa, o sea todo lo que necesiten.

La salida alucinante con la música de Vangelis, The Conquist of Paradise. Canción que estaremos escuchando durante el resto de semana y que no me cansaré de escucharla, aún se me pone los pelos de punta cada vez que la escucho, así como la banda sonora del último mohicano.



Después de estar el miércoles y el jueves de turismo relajadamente, entre el Mar de Glace, una subida en trenecito a un glacial, en el cual te metes literalmente dentro por unos pasillos y subir al Aiguille Du Midi en teleférico y pasar a la parte italiana por encima de un glacial con la vistas del Mont Blanc al fondo, tuvimos bastante.


Ya el jueves por la tarde noche tocaba preparar la mochila de la carrera. Es curioso como después de tanto tiempo pensando en la carrera, en el material que llevaras, surgen santísimas dudas de última hora. Porque cuando estás en Córdoba empiezas a pensar llevo esto o lo otro, pero esto es mejor que pesa menos, si pero este traspira mejor, si pero el otro abriga mas, si pero si me pongo esto con lo otro y el otro lo pongo en la mochila a lo mejor me pesa mas que eso otro y así no me cabe esto que sí que lo tengo que llevar………Total, que lo metes todo en la maleta y allí decidirás cuando veas el tiempo que te hará en la carrera. El problema es que allí el problema se agrava ¿Cuantas barritas energéticas, o mejor geles?, y de sales ……. Este calcetín o este otro, este me fue bien en esta carrera pero me fue mal en la otra…….No soy una persona indecisa, yo creo que todo lo contrario, pero he reconocer que termine con dolor de cabeza.


Ya el viernes nos levantamos temprano, porque nos tocaba coger el autobús hacía Courmayeur a las 6’45; cuando vas a recoger el dorsal la organización te da un vale para coger el autobús y te pone a la hora que te toca, así evitan aglomeraciones de última hora. Allí en Courmayeur un desayuno con los amigos y la mujer; que decir que Rafa se pegó el madrugón para ver nuestra salida cuando después iba a estar dos días sin dormir. Ellos de risa y Curro y yo, como todos los demás corredores, con unas caras mezcla de concentración y de acojone dignas de ver.

Ellos que si café, que si pastelitos y yo con mi botella de sales desde las 6 de la mañana dándole pequeños sorbos. Fue en el desayuno cuando empecé a hacer pipí cada media hora, yo no he hecho más pipí en mi vida.


A las 10 de la mañana hacen la cuenta atrás y nos ponen la música celestial, que haces que vayas con una sonrisa de oreja a oreja. La salida nos llevaba por el interior de Courmayeur, precioso, y antes de salir del pueblo tengo verdaderas ganas de hacer otra vez pipi, hay que ver la cantidad de gente que estaba igual que yo, porque en la primera oportunidad que nos dieron vaya la que se lió. También hay que ver toda la gente que te puede adelantar en una parada de estas. Bueno, llegó la hora de la verdad, ya no hay más paradas, cojo camino hacia Planpincieux a un ritmito cómodo por un camino de asfalto sin mucha pendiente, pero luego vendría la primera gran subida hasta Refuge Bertone en el km 12. En esta subida es cuando me empiezo a dar cuenta de lo poco que había entrenado en altura y a acojonarme por la que se me venía encima, joder como se notaba la falta de oxígeno y el cansancio, a lo largo de la carrera no lo sufrí tanto, no sé si fue porque el cansancio lo disimulaba o porqué, pero la cuestión es que para mi los primeros compases de la carrera fue donde mas me afecto. Luego me enteré que mi amigo Curro lo pasó peor que yo, estando a punto de abandonar, y teniendo que disimular como pudo en el avituallamiento por temor a que la organización lo eliminará por su estado, menos mal que se recuperó rápido y fue de menos a mas durante el resto de la carrera, según me dijo mi mujer y mis amigos el tío iba como una moto y como si la cosa no fuera con el, incluso al final de la carrera.

Después del ref. Bertone aún quedaban 600mts más de desnivel hasta Tete de la Tronche, km 16, antes de empezar a bajar. Fue en los primeros trescientos metros de esta bajada, lo que creo me marcaría el resto de la carrera. Yo pensaba en las bajadas es donde se gana tiempo al crono, como cualquier carrera de montaña, y me tiré para abajo a saco, pero con esa pendiente tirarte a saco y además haciendo un sobre esfuerzo al adelantar a la gente y salirte de la vereda, fue casi un suicidio, cuando había bajado 300 metros tenía los cuadriceps que creía que me iban a explotar, aunque aflojé el ritmo notablemente, ya los cuadriceps se me habían quedado tocados. ¡Que bien, tocado de piernas y reventado en el km 16!. Vas listo Fernando.


Después de los 300 mts de bajada decidí plantearme la carrera con mucha más filosofía y me deje caer para abajo dirección al ref. Bonatti ( Km 22). El sol ya picaba de lo lindo y aprovechaba algún que otro riachuelo para mojarme la gorra y cabeza, cosa que me gustaba poco, porque era pararte un minuto y te pasaban 20 corredores, y a lo mejor alguno que te había costado la misma vida adelantar, porque eso si, allí nadie se aparte ya los tires por el terraplén y hay algunos que formaban auténticos tapones. Total que sigo mi trote para abajo y empiezo a notar el amago de una ampolla en la palma del pie derecho, decidí seguir hasta el refugio y allí curarme, cosa que ahora lo veo demasiado arriesgado por la experiencia que he tenido con las ampollas. El refugio Bonatti era una fiesta, muchísimos corredores, bebí 4 ó 5 vasos de agua, que era lo único que me entraba, ya que estaba bastante cansado de beber sales, de comida todavía no me entraba nada, cosa que sabía que me pasaría, me cuesta muchísimo digerir sólido en las carreras, alguna que otra barrita pero con mucho esfuerzo, al final después de tanto pensar que llevar siempre me pasa lo mismo, me sobran las barritas y me tiro a por los geles que se digieren mucho mejor. Lo dicho, me curo la ampolla, cambio de calcetines, bebo 2 vasos de agua y para adelante. ¡Joder!, he perdido media hora en esta parada tan absurda, no me puedo despistar de esta manera, no sé si necesitaré un colchón lo suficientemente grande sobre el control de paso, en caso de que me de una pájara. Después del ref. Bonatti la bajada continuaba hasta Arnuva, km 26 y primer control de paso, llego a las 15’30 de la tarde con una diferencia de 1,30 horas sobre el corte, como tenía bastantes sales que había repuesto en el refugio, decido no parar y seguir de largo hacia el punto mas alto de la carrera el Grand Col Ferret, una terrible subida de casi 1000 mts de desnivel, el paso fronterizo entre Italia y Suiza.



Tiro para arriba a un ritmo alegre y sin parar de adelantar a gente, es el momento de la carrera que me mejor me encuentro, empiezo a recibir mensajes de apoyo de España, y me alegra enormemente pensar que nuestros amigos gaditanos se están acordando de nosotros. Llego a lo alto, km 30 y a 2.537 mts de altura, ya no noto la altura, estoy alucinando de lo que veo, es impresionante, me doy un minuto a hacer un encargo que mi santa madre me dijo y decido seguir para abajo con las pilas cargadas a tope y las piernas también para afrontar otra terrible bajada de 10 km hasta La Fouly km 40.

La bajada hasta la Fouly es una maravilla, empiezas bajando por las montañas, unas montañas impresionantes, que llegan hasta asustar de su majestuosidad, perdidos en medio de la nada te vas adentrando en un valle de verdes prados e inmensos bosques, poco a poco se empieza a ver señales de vida , pero de vida de la buena, niños descalzos por los prados y despreocupados de cualquier peligro, telesillas de esquí que bajan por unas laderas que parecen sólo para los cuatro vecinos, unos pedazos de ríos y todo franqueado por unas mastodontes inigualables.



En la entrada a la Fouly estaba esperando mi mujer que la pobrecilla llevaba desde la salida de la mañana desplazándose en los autobuses de la organización hasta llegar allí. Te da una enorme alegría ver a los tuyos cuando ya vas tocado del ala y te quedan todavía 60 km. Igualmente me alegró mucho cuando me dijo que había ganado 40 minutos mas sobre el corte, aún así estaba inquieto por los cortes, veía que estaba corriendo a tope y no sacaba suficiente margen en caso de pájara, no entendía como yendo como iba no sacara más margen. En esta carrera si tienes 10 metros para correr aprovéchalos para ganar tiempo porque no sabes si luego los necesitaras. Después de esta bajada los cuadriceps ya me estaban dando señales de alarma seria y todavía no había comido nada sólido siendo las 6 de la tarde. Mercedes insistió en que debía comer algo pero lo máximo que conseguí comer fue un poco de queso y salchichón.





Es admirable la gente de estas zonas que, desde sus pueblecitos y chalets, se acerca a las sendas y prados con sus enormes cencerros a animar y como esos niños de no mas de 7 años, juegan en sus mesas de juguete a ofrecerte vasos de agua, peleándose entre ellos por ser los primeros en dártelos con unas sonrisas que sólo los niños tienen, y como con una gran satisfacción te miran mientras bebes.

Me quedaba todavía una bajando por el margen del río y los bosques de pinos de 10 km hasta Issert, en este tramo si hay algún que otro paso que te asustas un poco, era mejor no pararse a mirar ni a pensar, también es verdad que es donde más se disfruta corriendo por los paisajes que tienes, las gentes, las casas en medios de los prados, los pueblos, lástima que el cuerpo ya iba tocado pero muy contento, no sabía que se me avecinaba una buena. Corrí hasta la salida de Issert, un pueblo precioso de madera y con una gente que no paraba de animar con los cencerros y ofreciéndote de todo. Nada mas salir del pueblo te salías por una vereda a izquierdas y con la cual empezaba la subida a Champex Lac, otro pueblo Suizo con un lago en medio que es una preciosidad. Esta subida no le hice mucho caso porque era de 4 km, del km 50 al 54 y una ascensión de 450 mts, pensé que sería poca cosa, cuando venía de ascensiones de 16 km y con el Grand Col Ferret no sufrí demasiado. Me equivoqué, empecé la subida a mi ritmo, disfrutando del paisaje que cada vez se hacia mas empinado y cerrado por los bosques, fue hacerse de noche, ponerme el frontal y empezar a sentir muchísima la humedad y a sudar una barbaridad, me sentía fatal, cansadísimo y me dolían los cuadriceps como nunca, cada paso era un sobreesfuerzo. Sin duda estaba pagando el no haber comido en todo el día y el esfuerzo de la carrera.



Comprendo que la gente que no hace estas carreras diga: anda ya que le den, yo me voy a dormir calentito a mi cama y no entienda que nos hace seguir de noche, solo en medio del monte, con frío y hambre y solo con un frontal para iluminar el camino, buscando algo dentro de ti mismo que te las fuerzas suficientes para poder seguir adelante, pero creo que es precisamente esa sensación lo que hace que nos gusten estas carreras.

Llegué muerto a Champex, todavía no me entraba la comida, pero está vez Mercedes insistió que comiera un plato de sopa, costo al principio pero todo fue empezar, joder como me entró esa sopa, luego otro y para terminar dos platos de macarrones con queso, todo regado con una buena botella de agua y de postre dos bolitas de gel de cola con cafeina de Power Bar. A pesar de la subida, todavía seguía manteniendo mis dos horas de margen sobre el corte. Estando tu muerto es curioso las cosas que se te pasan por la cabeza al ver a la gente llegar a la organización con cara de desolación y cansancio decirles que se retiran. Miras a los corredores mientras comen, con sus caras cansadas y pensativas y te das cuenta que casi todos los que están allí van a acabar la carrera y que su aspecto es similar al tuyo. Te queda la mitad de la carrera y son las 9 de la noche. Solución; huevos con un poquito de coraje mezclado con un par de cojones, le echas por encima una pizca de corazón y palante. De todas formas hay que ver que agradecido es el cuerpo, en media hora me había dado un vuelco tremendo y estaba dispuesto a afrontar la noche con muchísimo animo, pobrecito de el no sabía que le esperaba, para mi la peor subida de la carrera, aquella que dos días antes nos habían dicho que era la más fácil La Bovine km 64, 10 km de subida entre rocas, arroyos y raices.

La salida de Champex recuerdo, que me dio coraje no poder ver bien el pueblo y el lago, lo había visto en fotos y es una preciosidad. Empecé a tener frío y me puse la chaqueta que le había comprado a Chus, de la tienda ALUA; un tío joven, genial que sabe un huevo, la verdad es que el material que nos han ido pasando es una pasada, tanto la chaqueta, como los pantalones cortos de Salomón, las mallas, las camisetas de Salomón…., Todo el material que queríamos nos lo daban y si no lo tenían, lo pedían dándonoslo en pocos días. Es una suerte tener esta tienda de montaña en Córdoba. Con la chaqueta fue un constante me la quito, me la pongo, me la quito, me la pongo, era empezar a subir y te sobraba todo, con una camiseta ibas sobrado, cuando llegabas arriba te la ponías y era empezar a correr para abajo y ya te sobraba otra vez, llegabas abajo parabas en el avituallamiento y al salir otra vez frío.

Total, salgo de Champex y la primera parte se corría muy bien por unos bosques, que deberían de ser preciosos, ibas por unas pistas que se iban estrechando hasta convertirse en vereda, pero se podía correr cómodo y comer kms que es lo que realmente se quiere en ese momento, porque luego los kms pasan muy despacio. Pues va a ser que esta parte es la más fácil, menos mal. Si, menos mal por los cullons. Fue en esta subida, cuando tu crees que vas muy mal y te das cuenta que la gente va bastante peor que tu, aquí adelante a mas de 100 corredores. Total empezamos a cruzar arroyos y se empieza a empinar eso y cada vez más roca y cada vez más empinado, hasta el punto de que la única forma de subir era casi a cuatro patas. No sienta muy bien subir en esas condiciones durante tanto recorrido a la altura de carrera que ibamos. Allí si vi a la gente pasarlo francamente mal, de hecho vi dos leches bastantes importantes, bueno una, porque la que iba a ser la segunda, fue del que iba delante mía que se estaba cayendo hacia atrás y me iba a arrastrar con el, por lo que hice fue pegarle un empujón y echarlo para afuera. A ese le salve de pegarse un buen jargaso, y a mi también. El otro iría 3 ó 4 corredores delante y ese si cayo de una altura considerable, no penseis que se cae al vacío, pero si de roca en roca resbalando, y golpeándose con todo lo que pillaba. Casi en la cima vas corriendo por una vereda muy estrecha y honda, que tenía una cuerdecita verde a la derecha a la altura de la cintura, según me dijeron después era como medida de seguridad por lo que tenías para abajo, si esa cuerda era la ayuda que tienes por si pegas un traspiés, mejor no pegarlo, porque seguridad ninguna, menos mal pasarlo por la noche y no darte cuenta del peligro o que pena perderte las vistas que tenías que tener desde allí. Ya en la cima hacía un frío que pelaba y no se veía a 3 metros, por la neblina y la llovizna, me tome 2 sopas muy calientes que sentaban a gloria y sin tregua a correr para abajo 6 km y 800 mts de caida libre dirección Trient Km 70. Menuda bajada de raices y rocas y pedazo de desnivel. Aquí tenía los cuadriceps literalmente rotos y cada vez me costaba mas doblar las rodillas, correr esta bajada se me hizo interminable, viendo las lucecitas al fondo y que nunca llegaban, y cuando por fin llegaron no era Trient, nos metieron unos metros de carretera para enganchar con otro camino y seguir bajando a otras lucecitas. Bajar dolía un huevo pero había que correr, allí todos corren, como he dicho no hay cojos, tenía que correr además por el temido corte, ya me había dado cuenta que si mantenía ese ritmo mantenía la diferencia de dos horas que tenía de colchón por si lo necesitaba en caso de apuros. El problema era que para mantener ese ritmo había que correr todo lo se pueda y no darte ni una pizca de tregua. Es bastante agobiante correr así, pero es lo que nos toca a las categorías inferiores. Por fin llegué a Trient a las 2, allí me esperaba mi mujer y mis amigos. Llevaba 1h45’ de diferencia. Estaba como una moto, super espitoso, ellos no entendían que estuviera tan nervioso con el tiempo, la verdad es que yo tampoco, pero lo estaba. Además el mensaje que mandan la organización a los móviles dando los tiempos estaba equivocado, me ponía que yo había salido ya de Trient. Total que perdí gran parte del tiempo del avituallamiento en lugar de descansar y comer, en intentar hablar con los de la organización, con la mala folla que me tocaron unos que estaban borrachos. Les dije a mis amigos y a Mercedes que no siguieran hasta Vallorcine porque ellos estaban a 30 minutos y yo a 4 ó 5 horas y llevaban desde las 6 de la mañana en planta.



Me quedaba la cuarta subida y penúltima, la subida a Catogne, km 75, 5km de subida y 700 metros de desnivel, en las subidas era donde mejor me encontraba, me sentía fuerte y no paraba de adelantar a gente pero el problema de los cuadriceps en las bajadas me estaba afectando. Esta subida tenía una cosa buena y mala, la buena era que el terreno era bastante bueno, era firme y no había excesivas raices y rocas, lo malo era la pendiente tan salvaje que había, brutal. Cuando empecé la bajada con esas pendientes los cuadriceps, ya no estaban, no era capaz de doblarlos mas de 30 grados, intentaba estirarlos, como había venido haciendo durante la carrera, pero ya no me alcanzaba la mano al pie para elevarlo; intentaba enganchar el calcetín con el dedo y poco a poco ir levantándolo para que se estirara el muslo, dolía tela pero era lo único que me permitía bajar algo. En la bajada de Vallorcine había un control con un servicio médico, y yo venga a decirle al médico que me levantara el pie, haciéndoselo con gestos, diciéndoselo en inglés, y el tío venga a mirarme como alucinado. Al final conseguí cogerme el pie e ir levantándolo poco a poco delante de él y el tío seguía mirándome como si estuviera loco. Yo creo que a ese le había afectado el mal de altura, porque sino no lo entiendo. Continúo corriendo, y mientras sigo con mi vía crucis particular, sigo con mis pensamientos. El Mont Blanc te da una auténtica lección de humildad, quieres ser mejor marido, mejor hijo, mejor hermano, mejor amigo, quieres demostrar mas tu afecto y admiración a los tuyos; en definitiva, ser mejor persona. Te encuentras más cercano de tus seres queridos que ya no están contigo, es difícil acordarse de los tuyos y que no se te salten las lágrimas.

Después de sufrir lo que sufrí bajando, conseguí llegar a Vallorcine, km 80, adelantando 50 puestos. Eran las 5 de la mañana y mi colchón se había reducido a 1h 30’. Hice una parada bastante corta, por mi problema con el tiempo, una sopa, algo de queso y no sé que mas, allí ya no eres tu, estás como sonámbulo, de venir de la oscuridad a llegar a esas carpas con el ruido y las luces, es como si oyes un murmullo a lo lejos, todo va lento, todo cuesta un sobre esfuerzo, eres un puro dolor, mas que un avituallamiento parece la enfermería de una película de guerra.

En 15 minutos decido salir con todo el dolor de mi corazón porque me esperaba la subida que según decían todos era la peor, La Tête aux Vents, km 87 y 800 metros de ascensión por unos escalones de no menos 50 cm cada uno. A esta altura de la carrera eso duele, menos mal que eran para arriba, llegan a ser para abajo y hubiera tenido un serio problema. El amanecer y volver a ver la luz del día me sentó de maravilla, me despertó todos los sentidos, hasta el del dolor. Llegue a lo alto en el mejor puesto de toda la carrera, seguía adelantando a gente para arriba, me sentía fuerte, con muchas fuerzas pero con las piernas machacadas, la ascensión no se me había hecho dura, incluso más corta que las otras. No obstante estaba bastante cabreado por tocarme nubes en la parte alta de las montañas y no ver nada del paisaje que sabía que tenía delante, estaba enfrente del Mont Blanc y con Chamonix debajo. El terreno era todo de rocas y con el agua y el barro estaba muy resbaladizo, había que tener muchísimo cuidado para no pegar una leche, mas de una vez, de dos y de tres eché el culo al suelo para bajar algún desnivel. Aquí vi la tercera leche de la carrera, el tío que iba delante mía, bajando un desnivel considerable no se apoyó ni en los bastones ni en las manos. Pensé que seguro se encuentra este, fue pensar eso, y para abajo, se fue girando mientras se resbalaba para abajo y fue a dar con toda la cabeza en la roca de abajo, el tío seguro ya no lo era tanto. Se ve que delante mía pasó otro tío seguro, porque vi un machurrón de sangre en una roca que asustaba a todos a los que por allí pasábamos.

Desde la cima hasta La Flégêre, km 90 tienes una bajada de 300 mts y 3 km en los cuales vas saltando de roca en roca haciendo literalmente el cabra, de hecho allí me lleve una sorpresa alucinante al ver de buenas a primeras a 3 cabras delante mía como si la historia no fuera con ellas. La Flégêre es una pequeña carpa en donde termina un telesilla de la estación de esquí, lástima que la niebla no me permitiera ver más, porque yo siendo el idiota del esquí, hubiera flipado viendo todas esas pistas. Estaba en mi mejor posición de carrera, pero todavía estaba pensando si me pillaría el corte, le había ganado 15 minutos, tenía un margen de 1 hora 45. Fueron unos madrileños que me estuve encontrando durante toda la carrera los que me devolvieron a la realidad. No sé porqué, pero creía que me quedaban 17km de bajada en 3 horas y en realidad me quedaban 7 km de bajada con un desnivel de 900 metros. Me tome mi sopa de rigor y estiré todo lo mejor que pude y me permitían los cuadriceps para afrontar lo que sería mi última bajada, bajada que cuando estás en Chamonix y miras hacia arriba, hacia las montañas, piensas, ¿de aquí por donde se sale o por donde se baja?. Respuestas, pues por donde estás mirando, por esa pendiente. Quería correr, bueno si a eso se le llama correr, pero la verdad es que todos corríamos, yo corría mientras la pendiente me lo permitía, que fue mas bien poco, porque cuando tenía que bajar alguna raiz o piedras o lo que fuera, sólo lo podía hacer de lado como las personas mayores con su bastón. La cantidad de gente que me fue adelantando en estos km, pero yo estaba entregado y ya no podía hacer más, con bajar era suficiente. Ya llegando a Chamonix la pendiente disminuye y ahora me tocaba a mi adelantarlos a ellos, que fueron los mínimos, antes de entrar en las calles decido llamar a mis padres para decirles que me quedaban no mas de 2 ó 3 kms, después no sé si podría. Con mi ritmito constante llegué a las calles de Chamonix, aquí ya no tenía niebla, sino un sol expléndido. Eran las 10,30 y había bastante gente en las calles animando. Continuo el margen del río y enfilo la calle principal, allí estaba esperando mi Rafalín con la cámara de video, continuo para abajo y ya veo a Currito que después de llegar ha estado esperándome 3 horas, veo a Mercedes, a Rosita, y a la bandera de España, foto y a seguir corriendo junto a Mercedes para la meta. Ya en la recta de meta, cuando me quedaban 10 metros para llegar decido pararme en seco a saborear el momento, no quiero que se acabe pronto, levanto los brazos y asuso a los franceses, se ve que al de la organización le gustó porque acto seguido me ponen la banda del Ultimo Mohicano y cuando ya estaba todo bien calentito decido correr mis últimos 10 metros. Se acabó, la he terminado, fotos con la bandera haciendo la señal que mis hijos me habían encargado y acordándome muchísimo de todos.



La gente que no hace este tipo de carreras no se pueden ni imaginar la sensación que se tiene al acabarla, es realmente difícil explicarlo con palabras. Han sido tantos meses entrenándola, pensando en ella, tantos madrugones en verano para haber regresado cuando tus hijos se levanten y no quitarle tiempo a la familia, tantas salidas a la sierra los viernes a las 10 de la noche hasta las tantas de la madrugada, tantas salidas nocturnas, lloviendo y con frío para no perder el entrenamiento, tantos, tantas……..…, resumiendo, muchísimo sacrificio, y todo para disfrutar de la carrera y poder conseguir cruzar la meta. La llegada a Chamonix es indescriptible: Cientos de ciudadanos, familiares se agolpan en las calles, te vitorean, aplauden, felicitan y uno, en esos momentos está en el paraíso, además acompañado de algunas de las personas más importantes de mi vida y los que no están, lo están en la cabeza. El acabarla es una sensación de agotamiento y dolor extremo unido a una auténtica sensación de euforia, de felicidad plena, la sensación de haber conseguido lo que tanto te ha costado, te emocionas, estás pletórico, lloras de alegría, de dolor, es la plenitud, piensa en los tuyos y alucinas. Aunque yo os intente explicar con palabras mis sensaciones, creo que aquel que nos pregunta que nos hace correr este tipo de carreras nunca sería capaz de entender realmente la respuesta.





Cronica escrita por: Fernando Fdez de Mesa, del CÓRDUBA TRAIL

jueves, 12 de noviembre de 2009

EL ULTRATRAIL DEL MONT BLANC.

Hola a todos.

Ante todos haceros una pequeña introduccion sobre la carrera de la que me dispongo a hablar:

Las Ultra Trail de montaña son pruebas de larga distancia que pueden tener una duración de uno a tres días. La Ultra Trail del Mont Blanc, por ejemplo, es una prueba en la que a lo largo de sus 166 kilómetros de recorrido rodea una de las montañas más bellas y altas de Europa, el Mont Blanc (4.810 metros de altura). Al gran número de kilómetros se le debe añadir un desnivel positivo de 9.400 metros. Para finalizar el recorrido se tienen como máximo 46 horas.
Volamos desde Málaga el martes 25 de Agosto con destino a Ginebra, desde allí teníamos reservadas plazas en una empresa que se dedica a dar portes entre este aeropuerto y toda la zona del Mont-Blanc.

Llegamos con la hora justa para dejar las cosas en el apartamento que habíamos alquilado para la semana , que dicho sea de paso nos sorprendió gratamente a todos, por su ubicación (pleno centro) e instalaciones que incluía un jardín privado que daba al caudaloso río que atraviesa Chamonix.


No nos dio tiempo a ni a deshacer las maletas, cuando llegamos a Chamonix, faltaba menos de media hora para la salida de la Petit Trote a Leon (esta si que se puede decir que es la carrera larga del Mont-Blanc) que con 250 kms y 40.000 mts de desnivel acumulado en autosuficiencia y sin balizamiento alguno, discurre por el macizo sinuosamente.

El ambiente es espectacular los equipos de tres, ultiman los detalles y se preparan para el pistoletazo de salida. Veo componentes femenino en algún equipo y hasta tres equipo formado únicamente por féminas. A lo largo de la salida de Chamonix, la gente jalea a los “trailers” que desaparecen en la noche como luciérnagas lejanas.


Los días previos a nuestra carrera la dedicamos a hacer un poco de turismo por los alrededores, visitando los glaciares (donde se evidencia el calentamiento global ya que se baja a estos por unas escaleras metalicas infinitas que te van marcando por decenas de años el nivel primitivo de estas moles de hielo. En cuarenta años han bajado cerca de cien metros verticales, no se cuantos en horizontal, la lengua que antaño recorría este paraje.

Tambien aprovechamos para subir en teleférico al Pico De Aguile du Midi a unos 3.800 mts. desde donde muchos alpinistas emprenden su viaje hacia el Mont Blanc, que siempre predomina en el horizonte. Es espectacular ver el campo base con tiendas de campaña y los senderos horadados en el hielo que se dispersan en la inmensidad blanca que cubre estas cumbres. Pero se distingue un sendero por el trafico en la distancia se aprecia, no es otro que el de la ascensión al pico Mont Blanc, a lo lejos como hormigas ascienden hiladas de gente que se destacan en el horizonte como pequeñísimos puntos negros que inexorablente avanzan para conquistar la cima. Nada mas cierto que el hombre se empequeñece en sitios como estos en los que uno asume la insignificancia del ser humano ante la naturaleza.




Los días pasan y llego la hora de recoger los dorsales, la organización impecable todo muy bien organizado , departamentazo y sin colas apenas, algo difícil para cerca de 5.000 corredores.

Llego el día “D”, 28 de Agosto del 2009. Nos levantamos a las 5:30 a.m, para coger el autobús que nos llevaría a Courmayer lugar de salida para la CCC en la que participan Curro y Fernando.

El ambiente es espectacular, aunque nada comparable con la salida de la UTMB. La música de Vangelis me pone la carne de gallina y la emoción me hace un nudo en la garganta y eso que no participo en la prueba.

Tras la salida marchamos de nuevo para Chamonix a través del túnel del Mont Blanc. A mi llegada salgo pintando para casa son cerca de las 11:00 a.m. y quiero comer, descansar y preparar la mochila. Apenas como pero si me pego una siesta intranquila de dos horas.

A las 5:50 p.m. salgo del apartamento ya vestido para hacer el paseillo, la calle principal (por donde discurrirá la salida) es un hervidero de gente que se agolpa para no perderse detalle de la salida. Al encarar el arco de salida ya veo cientos de atletas esperando el pistoletazo, me despido de mi mujer y me escurro entre la gente, para colocarme hacia la mitad del pelotón.

Los nervios se palpan mientras el reloj avanza inexorable hacia las 18:30, acompañados por la animación que realiza un “speaker” calentando el ambiente y con el compás de la música de Vangelis, se da la salida a los sueños de los 2.286 atletas que descendemos por las agolpadas calles siendo jalonados con vítores y aplausos. Al principio andando lento, luego más rápido para terminar trotando ya a la salida de Chamonix.

Pronto la gente se desvanece en la lejania y nos adentramos en lo que es una pista forestal que discurre por el lateral derecho del río que sin desnivel alguno nos lleva hasta Les Houches (KM. 8) donde el recibimiento es espectacular, la gente por cientos animan al paso con cencerros trompetas y toda clase de artilugios, algo impresionante. Algo que te anima es que de vez en cuando escuchas tu nombre “Allez Rafael”, ya que en el dorsal es claramente visible el nombre y la bandera del país, que aunque muchos de los vascos y catalanes se afanen en tapar, es la Española.

Aquí empieza el “tango” con una subida de 800 mts. hasta la Charme, la subida al principio por pista y paralela a unas pistas de esquí, no se hace dura por estar fresco, pero es de narices.

La bajada hacia Saint- Gervais, es cómoda pero a ritmo frenético, ya empieza a oscurecer y yo como agonía total, decido no parar para sacar el frontal y voy adelantando a gente, aprovechando las luces de los frontales de otros, también a veces corro en total oscuridad hasta la siguiente luz que cogeré prestada.

La llegada a Saint- Gervais impresiona, las calles de nuevo recogen a miles de personas que animan y los niños te ofrecen las palmas de sus manos para chocar..”allez-allez.......bon courage...”. Pero la que mas alegría me da ver es a mi Mamen, mi compañera, mi amiga, mi mujer, que se ha desplazado hasta aquí y me anima insistentemente. Paro de penalti para beber y rellenar el “camel” y pico algún fruto seco y salgo pitando, tras unos cientos de metros de bullicio, de nuevo el silencio (solo roto por las pisadas de los “trailers”) y la noche nos arropan. Ahora nos esperan 24 km. de continua subida, al principio suave para luego convertirse en la mas dura y larga de la carrera. Entre mis pensamientos de pronto caigo en que he olvidado dejar la bolsa para que la organización llevara material al punto de Courmayer, así que enciendo el teléfono y llamo a Mamen, para ver si pudiera llevármela a la mañana siguiente, no dejo que este incidente me distraiga y le resto importancia. La noche refresca y se va cubriendo de niebla espesa y humedad , a la vez que vamos ganando altura y que imposibilita la visibilidad Ya en alta montaña y con desniveles exigentes, las señales del recorrido distan entre si y seguirlas pasa al plano de la intuición. Con los sentidos alerta y el frío intenso llegamos al Col de la Seigne, para desde aquí iniciar el descenso hasta Croix de BonHomme y Chapieux, siempre peligroso (con grandes regueros , escalones y pasos por arroyos pedregosos) y con la visibilidad mermada por la niebla, lo que se traduce en jugarse el tipo.

Los paisajes deben ser espectaculares pero la niebla y la noche nos impiden su visión, el tiempo pasa inexorable y rápido.

Empezaba a amanecer a eso de las 5:30 a.m ya en terreno italiano y como la niebla, Francia quedaba atrás. La bajada del Col de la Seigne la realizo con alegría dando las buenas a las primeras luces y paisajes que me deslumbran, la temperatura baja bruscamente, no en vano estamos a unos 2.300 mts. y ya se sabe que al amanecer arrecia el frío, yo que soy de sangre caliente, no he sentido la necesidad de sacar nada de abrigo, voy con mallas piratas Salomon y camiseta de manga corta del equipo, también Salomón.



En Lac Combal y con un falso llano, flanqueamos unos glaciares que bajan por nuestra izquierda, a lo lejos, la sensación es que se han dejado la puerta del congelador abierta y el aire gélido amenaza con cortarte la oreja.

Poco a poco el llano desaparec para de nuevo encarar otra subidita hacía Aréte du Mont-Favre, a la par que ascendemos voy viendo con mayor perspectiva, los glaciares que con sus ancianas huellas dejadas en el terreno evidencian el tremendo retroceso que han sufrido en los últimos años.

La bajada desde este punto a Courmayer, es vertiginosa con muchos escalones, raices e interminables senderos que zigzaguean bajando sin remedio.

Son las 8:43 a.m cuando entro en Courmayer, llevo 14:23:07 sin parar y estoy todavía en el kilometro 78, entro fresco pero con molestias en los talones por las zapatillas que tonto de mi estoy estrenando y me provocan ampollas en ambos pies, por lo demás como una rosa. Aún así decido no se si bien o mal en parar algo mas de una hora, para comer pasta caliente y protegerme los pies para las inminentes ampollas. Ciertamente ahora pienso y me parece desmesurado el tiempo perdido, pero me pareció necesario.




Si algo hay que me  dio por saco fueron los bastones,  uno de ellos se me baja cada dos por tres y voy cojo y las polainas que una se me va despegando el velcro, me habré parado una decena de veces pero no hay manera, así que las elimino del programa y me quedo descansando.

Cuando salgo, Mamen me dice que tengo cara de cansado y es que tengo una mezcla de eso, con sueño y la panza llena, que me pasará factura en la subida al Refugio Bertone, que realizo a velocidad mínima y con frecuentes paradas, el sol ya también calienta aunque gracias a Dios el día es mas fresco que el anterior.

Ya arriba me encuentro con un par de Andaluces con los que suelo coincidir en las carreras del campeonato x montañab andaluz. Desde aquí el trazado continua con falso sube- baja, para llegar hasta Refugio Bonatti y más tarde en bajada hasta Arnuva, en este trayecto ya empiezo a notar cansancio y me decido ya que voy muy bien de tiempo, en volverme reservón y no quemarme excesivamente, ahí que llegar como sea y quedan aún casi 75 km. con sus subidas y bajadas.

En Arnuva me espera de nuevo Mamen, que me trae unos bastones de repuesto, que me dan la vida, física y psicológicamente. Me sigue animando aunque evidencia y me lo dice mi cansancio, también el sol está en los mas alto son las 14:23. Me despido de ella y quedamos para Champex-Lac, donde llegaré bien entrada la noche.

Desde Arnuva, la subida hasta Col Ferret, se hace dura y sinuosa con un desnivel de casi 800 mts en 5 kilometros interminables (al menos para mí) aunque empiezo a coger algo de ritmo. En la cima entraremos en Suiza, que nos recibe con una bajada de 20 kms.

En esta bajada empiezo a evidenciar un dolor agudo en la rotula de la rodilla derecha, que me empieza a avisar, así que decido bajar andando para no machacar mas de la cuenta.

Suiza parece tener otro tipo de paisaje mas boscoso y con parajes de ensueño, con las casas de madera del abuelo de Heidi, de postal.

Llego a las 18:03 a la Fouly y me lo tomo con pausa, veo que voy sobrado llevo cinco horas a la hora de corte. Decido hacer otra parada técnica para ponerme un strepping en sendas rodillas y de nuevo me protejo los talones y reviso todo en general. Ya en el avituallamiento hablo con algunos españoles, uno de ellos, al cual no lo encontraba desde los primeros kilómetros me comenta que su compañero y amigo tuvo que abandonar, mas tarde surge al salir, el compartir camino con otro español, con el que compartiré alegrías y sufrimientos hasta la meta , a quien desde aquí agradezco su compañía y camaradería que guardaré para siempre en la memoria. Aquí también coincido con un Italiano con el que he venido encontrándome a menudo, tambien abandona. Me resulta pasmosa la integridad con la que mucha gente abandona, yo no podría, nunca he abandonado nada. Ya anochece y ahora si saco un pequeño cortavientos sin mangas que llevo y también unos manguitos, que tardo poco en quitármelos, al entrar en calor.




La noche se nos echa encima, pero los pies parecen que vuelan tras el merecido descanso y la novedad de andar en buena compañía, ambos nos decimos que piano-piano, que queda mucha carrera y hay que llegar, sin duda los dos vamos con un objetivo común, acabar como sea.

Ya con luz de frontal lo que junto con el cansancio hace que se pongan los ojos como chupes, dirigimos nuestro paso firme a Champex-Lac, donde nos espera la afición, el camino “suave” discurre por bosques, a lo lejos, se distinguen luces, que como nosotros avanzan en un peregrinar cansino. En la oscuridad de la noche uno pierde totalmente la orientación y no sabes hacía donde vas, simplemente hacia delante siguiendo las a veces escasas balizas reflectantes en un silencio sepulcral, de pronto unas luces y cencerros nos anuncian un nuevo control, en la penumbra de la noche de pronto oigo ”Rafa” e instintivamente mis sentidos se despiertan y mi animo sube de golpe, reconozco la voz y suelto un alarido, no es otro que mi amigo Rafa Alvarez, quien como luego me contaría, gritaba de vez en cuando mi nombre , como quien lanza un mensaje en una botella al mar. Cuando llegamos me sorprenden Mamen, Rafa y su mujer, que me suben el animo, son las 22:00 y llevo un tiempo de 27 horas. Mas tarde me comentaran que la gente, en general parecen muertos vivientes y nosotros unos de ellos.

Tras avituallarnos y coger reflex, que me voy echando periódicamente en la rodilla, nos perdemos de nuevo en la noche, camino de la Bovine. Ya el frío y la humedad (debido al lago), cansancio y destemplanza son evidentes, los primeros kilómetros de marcha, hasta que la caldera empieza a bombear, el camino por pista se hace cómodo y en bajada , hasta que la pista se termina y empieza la subida, la más tortuosa de toda la carrera, ya que era todo piedra que obliga a trepar constantemente, pared tras pared, algo deprimente era mirar para arriba y en la infinidad de la oscuridad ver un reguero de luces, lo que dejaba evidenciar lo que restaba y ponía plomos a los pies, pero poco a poco se va viendo el final o al menos el cielo tras las copas de los últimos árboles, una vez arriba , la pendiente se suaviza y avanzamos por una ladera de la montaña, para de pronto al torcer un cerro ver a lo lejos lo que debe ser el avituallamiento, hemos tardado 2 horas 40 minutos en hacer 9 interminables kilómetros.

Ya en el avituallamiento, tomamos unas tazas de caldo caliente regenerador con un frío de pelotas, yo pego mi cuerpo a la tienda de la organización buscando algo de calor. El frío es intenso y ya en este punto la gente parece que está zombi y tiritan como niños chicos faltos del calor materno. No en vano la temperatura es de 2º C pero la sensación térmica bastante inferior, debido al fuerte viento reinante y la escasa vegetación.

Empezamos a andar y coincidimos con un grupo que lo hizo unos minutos antes, todos esbozados con las ropas de abrigo y ni una palabra rompe el silencio, solo ponemos un pie detrás del otro y así infinitamente entre tiriteras. La bajada no se deja esperar y con ello nos adentramos de nuevo en el bosque, que nos protege, el ritmo de nuevo es rápido, creo que por el frío, para luego ir amainando, a lo lejos, allí abajo se vislumbra lo que parece un pueblo, que nunca llega. Ya en este punto ves a gente a la que le preguntas si se encuentran bien, por que las ves dando tumbos, sin mas compañía que la soledad. Nosotros por suerte nos vamos dando compañía y esto nos mantiene vivos.

A la llegada a Trient, la afición ha crecido y esperan Mamen, Curro, Fernando y su mujer, me alegra ver que Curro y Fernando han terminado la CCC y me dan explicaciones de lo que nos queda por delante, ya que ellos ya lo recorrieron, pero con casi con 70 kilómetros y una noche menos en el cuerpo. Las explicaciones zumbaban dentro de mi cabeza, pero con una premisa clara, voy bien y la voy a acabar, me repetía. Ya solo quedan 28 kilómetros, dos subidas y dos bajadas.

Si he de ser sincero no recuerdo como fue la subida a Catogne, si recuerdo perfectamente la bajada a Vallorcine, con un sueño endiablado que me hacia quedar dormido andando y decir palabras incoherentes, lo mismo le pasaba a mi compañero de viaje, algunas personas andaban dando tumbos, me imagino que como nosotros. Rezábamos por que amaneciera y salir de un mundo de sombras en las que la imaginación volaba haciendo vislumbrar formas fantasmagóricas detrás de cada rincón, pero no había sitio para el miedo, el cansancio lo superaba. Nunca en mi vida pasé unas horas mas angustiosas.

Poco a poco la claridad del día se fue abriendo paso, dándonos la bienvenida Vallorcine, ¡¡¡¡ solo quedan 17 kilómetros !!!!, una subida y una bajada.

Los ojos parecen los de otro, me pesan y los tengo irritados al máximo. La rodilla ahí va, prefiero no pensar en ella y algo nuevo me viene siguiendo desde hace tiempo, el tobillo izquierdo. Pero no hay sitio para lo negativo, ahí que seguir.

Son las siete de la mañana y por eso de la cafeína me tomo un café asqueroso que me hace efecto inmediato y necesito ir a plantar un pino, cosa que hago en una cabina de plástico, se me adelanta otro trailero por segundos y creo que me lo hago, cuando sale no lo hace solo, le acompaña un olor infernal, me explica que no hay agua y se disculpa por la que había liado allí dentro, yo hago lo propio, no había opción. Cuando salgo otro trailero esperaba, pero al ver la fauna acumulada en la taza, casi vomita...no tendrá muchas ganas de hacerlo o es delicado, me digo.

Ya el sol empieza a pegar en las cumbres y allí nos dirigimos, ya solo queda la subida a Tete au Vents y bajar a Chamonix, ya sabemos que muy mal tiene que ir la cosa para no llegar, son solo 17 kilómetros más. En un principio el camino pica hacia arriba por una cómoda pista que discurre junto a un arroyo, para luego empezar a picar más y más (yo creo que es la pendiente mas pronunciada de la carrera) pero ya todo da igual, las fuerzas flaquean y los ojos parecen los de un camaleón vampiro, pero ya hemos llegado al momento en que el cuerpo sigue la cadencia impuesta por la cabeza como un autómata.

La bajada se hace tortuosa por los dolores en la rodilla derecha y tobillo izquierdo y tener algo “cargadillos” todos los músculos de mi cuerpo, mi compañero de fatigas Antonio, va mejor que yo pero en una prueba tremenda de camaradería me sigue el paso sin adelantarse para dejarme atrás. Los corredores que terminan más enteros no pasan, pero no importa, el objetivo era llegar y ya estamos aquí....entrando a Chamonix, que fue punto de partida hace mas de 42 horas. Nos animamos y haciendo de tripas corazón recorremos el quizás ultimo kilómetro trotando, ya no hay dolor aun estando ahí, la emoción te embarga y un nudo en la garganta apenas te deja respirar, la gente anima en el camino como lo han hecho en todo el trayecto miles de personas, entre ellas nuestros animadores personales, mi mujer, Curro, Rafa, Rossi, Fernando y Mercedes, que nos entregan una bandera, como no de España, de la que tanto Antonio como yo nos sentimos orgullosos de llevar hasta la meta ondeando.








Una vez en meta la emoción me embarga abrazando a mi mujer, sufridora donde las haya que ha ido viendo como mi cara, mi cuerpo y mis ánimos se iban deteriorando y quedando por el camino, por el gran esfuerzo realizado.

En este punto entre abrazos, besos y la muchedumbre, perdí a mi compañero Antonio y desde aquí ahora públicamente le vuelvo a pedir disculpas, me sentí fatal al no compartir con el los momentos después de la llegada, tras tanto pasado juntos, me supo muy mal.




Entregue mis chips de control, recogí el tan deseado forro polar de “finisher” y me abastecí de galletas de chocolate y leche que es lo que me apetecía, me senté en el suelo no si antes quitarme esa maldita joroba que había acarreado toda la carrera y empeze a saborear el triunfo, entre mis allegados.





Más tarde me fui al apartamento, donde una buena y necesitada ducha me preparó para pegarle un palizón a la cama que me pareció el cielo.

Tras 42 horas y 33 minutos de puro y duro masoquismo, de poner el cuerpo al limite de mis posibilidades y adoctrinar a mi cerebro para mandar ordenes contrarias a mi cuerpo, decidí que nunca más volvería, y es curioso, es la primera vez que lo digo de una carrera, que aun siendo un tópico para muchísimos deportistas, era la primera vez que yo me veía diciéndolo, pues bien está claro que lo pensé por que nunca sufrí como lo hice en esta carrera...........pero a día de hoy no descarto el volver algún día, esa marca hay que machacarla y quitarle al menos un minuto.





Desde aquí agradecer a los que fueron nuestros sponsors para este proyecto que ha llegado a buen fin, a ellos a todos mis allegados más cercanos y los que desde la lejanía me apoyaban...¡¡¡GRACIAS!!!, sin vosotros no hubiera sido posible acabar, habéis sido parte del combustible que me empujaba.



Saludos!!!!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

También en bicicleta.

No solo de correr vive este club, el pasado domingo día 8 de noviembre, Curro y el que escribe, Rafa Álvarez, acompañados por unos amigos (Rafa Fernández, Esteban, Tomás y Manolo) nos dimos cita en Pozoblanco para disfrutar de un magnífico día de frío y viento, y de paso darnos un paseito en bici, 75 Km en la "XVII Maratón MTB Los Pedroches", subida a las antenas del Calatraveño.
La carrera discurre por pistas y veredas rodeadas de multitud de chaparros, pinares y alguna piara de cerdos ibéricos, de los cuales no me hubiera importado catar algún jamoncito (nota para la organización en próximas ediciones). Los primeros 15-20 Km fueron bastante rápidos lo que hacía preveer una maratón más asequible que la MTB Sierra Morena de este año, hasta que llegamos a las dichosas antenitas, no sé que era más duro si la pendiente o la ventolera que soplaba en la cima, pero mereció la pena, unas vistas de dehesa impresionantes.Luego un descenso no muy técnico pero divertido, para volver por la misma ruta hasta Pozoblanco en un continuo sube y baja sin demasiado desnivel, pero eso sí, otra vez con el viento pegando fuerte en contra.
Como es normal, de los nuestros, el primero llegó Curro con un tiempo 3:34:40 puesto 114 , yo 4:17:48 puesto 245, no esta mal para 471 participanates, el ganador Juan Pedro Trujillo 2.46:44 ¡ya lo cojeremos en otra ocasión!
Por poner alguna pega, faltó el producto básico y típico de Los Pedroches y señores ¡un poquito de agua caliente en las duchas! que para tonificar músculos ya hacemos bastantes kilometros, esto se está convirtiendo en una constante en las útimas carreras.

Resumiendo, que pasamos un día cojonudo disfrutando de la sierra, esta vez en bicicleta.

Nos dejarón información de otra carrrea de MTB en Benamjí que tenía muy buena pinta, es el 22 de noviembre, aquí os dejo el enlace por si alguien se anima.

http://www.cdvilladebenameji.com/.



Saludos.





Rafa Álvarez.

viernes, 6 de noviembre de 2009

"A la española"

A la vista de la magnífica carrera que ha encontrado Fernando en Valencia, que si me permitis, podíamos denominarla "UTMB a la española" también con su versión corta,  os comento que ya ha salido la fecha para la "Transalpine-Run a la española", o sea, la Al-Andalus Ultra Trail que se celebra este año del 12 al 16 de Julio, aquí teneis la dirección:
www.alandalusultratrail.com/esp/

Por cierto, ¿sabéis si la carrera de Valencia da puntos para el Mont Blanc? en la página no dice nada al respecto.

Rafa Alvarez

jueves, 5 de noviembre de 2009

NUEVA ULTRA EN COMUNIDAD VALENCIANA.

Hola a todos.

De nuevo la culpa la tiene Fernando Serrano.

Este infaigable no deja de inventar e investigar, lo cual está muy bien.

Ahora ha descubierto una nueva carrera de Ultra-Trail en la Comunidad Valenciana.

Bueno aqui os dejo el enlace para que hagais boca.

http://www.utmda.com/

Nos vemos en la Sierra!!!